Requiém para el Cine Ópera
“¿Porqué cerró el Cine Ópera?"
Es
la noche del 12 de octubre de 1998. CONACULTA convirtió el viejo cine
Ópera en una sala de conciertos y sobre la marquesina se lee “Bauhaus:
resurrection tour”. Lo más exquisito de la escena obscura se da cita con
su etiqueta tradicional: labial y uñas negras para los varones,
despampanantes medias rasgadas las mujeres, ambos luto riguroso. Estamos
en el último día de vida del Cine Ópera.
De pronto la lluvia
comenzó a arreciar y los cientos de personas que no alcanzaron boleto se
arremolinaron en el lobby. Uno, dos, luego 3 y 4 sorteaban la vigilancia y se colaban por el vestíbulo al concierto haciendo que la escena obscura protestara. Seguridad decidió aplicar el “portazo”, pero
las rejas no soportaron a los punks y el caos empezó. En un mar de
cervezas metidas de contrabando, comenzó una batalla por adueñarse de
los trompos de pastor que había arriba para saciar el hambre de los
asistentes.
Video: Severance (Canción estrenada por Bauhaus durante su gira de 1998)
Al llegar la policía el interior era una insólita
taquería underground. Dentro del foro, al ritmo de la música, volaban
las tortillas por el candelabro, fluidos desconocidos (aunque bien
sabemos que era) y el sobrecupo de hormonas que saltaban entre los
asientos vino acompañado de polvo y trozos de techo que comenzaron a
caer ante el sonido estridente y los brincos de quienes bailaban.
Se le llamó “la noche épica”. Ni Rita Guerrero o La Castañeda lograron en aquel extraño foro lo que Bauhaus. Dar el último golpe al clavo del ataúd del Ópera, pues a la mañana siguiente y severamente dañado lucía por vez primera sus estampas de CLAUSURADO. La autoridad cerró la carpeta y no quiso saber de más eventos propuestos para el Ópera, a tal grado que un día amanecieron con la noticia de que el abandono provocó que su candelabro cayera entre los asientos. Nadie vio la escena, solo se escuchó un quebrar de cientos de cristales que retumbaron como eco en sus pasillos vacios.
Al ver ese esqueleto arquitectónico que se mantiene frágil en la colonia San Rafael, muchos recordarán el cine de oro que se vio en sus salas. Los gaznates, las ficheras o el debut de Carmen Salinas que presentaba números cómicos antes de empezar las películas. Casi nadie habla del tiempo en que fue sala de conciertos. Y solo pocos recuerdan y afirman haber estado ahí, en la última noche épica del coloso de la San Rafael.
Se le llamó “la noche épica”. Ni Rita Guerrero o La Castañeda lograron en aquel extraño foro lo que Bauhaus. Dar el último golpe al clavo del ataúd del Ópera, pues a la mañana siguiente y severamente dañado lucía por vez primera sus estampas de CLAUSURADO. La autoridad cerró la carpeta y no quiso saber de más eventos propuestos para el Ópera, a tal grado que un día amanecieron con la noticia de que el abandono provocó que su candelabro cayera entre los asientos. Nadie vio la escena, solo se escuchó un quebrar de cientos de cristales que retumbaron como eco en sus pasillos vacios.
Al ver ese esqueleto arquitectónico que se mantiene frágil en la colonia San Rafael, muchos recordarán el cine de oro que se vio en sus salas. Los gaznates, las ficheras o el debut de Carmen Salinas que presentaba números cómicos antes de empezar las películas. Casi nadie habla del tiempo en que fue sala de conciertos. Y solo pocos recuerdan y afirman haber estado ahí, en la última noche épica del coloso de la San Rafael.
Lobby del Cine Ópera |
Aquí también se presentó MERCYFUL FATE con KING DIAMOND, esa vez todo transcurrió en orden, no hubo revoltosos ni mal comportamiento (a pesar que la mota se hizo presente dentro) lo que sí notamos todos fué que todo el cine temblaba cuando empezaron los brincos y slam, fué tal que todos como que le bajamos un poco... qué tal si se nos venía abajo. Saludos!!!!
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