El año nuevo de la virgen
“El tapete para la virgen incluye pokemones, logotipos y hasta pentagramas"
Hubo
hace mucho tiempo un invierno caótico en el pueblo jardinero de Santa
Rosa Xochiac, el río dejó de correr. Fue tal la desesperación por la
falta de agua que los habitantes echaron la culpa de la sequía a la
patrona del pueblo, Santa Rosa de Lima. La anécdota afirma que la imagen
de Santa Rosa fue castigada, sacada de su parroquia y llevada hasta el
ojo de agua, casi a la intemperie, hasta que la patrona hiciera correr
el agua de nuevo en ojo de agua. El agua volvió un 31 de diciembre…
Santa Rosa Xochiac |
Desde entonces, agradecidos con la virgen, cada 31 de diciembre el pueblo cobijado por los cerros de la Ciudad de México, realiza una procesión. El recorrido inicia en la parroquia de Santa Rosa y termina en la ahora formal capilla de Ojo de Agua; pero la peculiaridad no es la historia ni la procesión.
Lo verdaderamente destacado inició en 1971 cuando a Ignacio Morales se le ocurrió hacer un tapete de aserrín como los que había aprendido a hacer en Huamantla. Sin más ayuda que su familia para tapizar el suelo, poco a poco fue enseñando a la gente a hacer figuritas y pintar su propio aserrín para alivianar el peso de tan pesada carga. Pero el sincretismo se ganó la fiesta y desde los 80 el pueblo se apoderó del tapete.
Fiesta de Año Nuevo en Santa Rosa Xochiac |
A cada vecino le
toca decorar una porción del tapete con lo que pueda; lo principal es el
aserrín, pero también sirven el arroz, el jabón en polvo y el nescafé. Y
de lo que se le antoje, por eso la virgen hace un recorrido sobre
caricaturas, mensajes de año nuevo, flores y todo tipo de figuras. Eso
incluye personajes de Pokemón, el calendario azteca, princesas de
Disney, Piolín cargando nochebuenas, e incluso un grupo de jóvenes
darketos que acostumbran poner pentagramas y logotipos de bandas de
rock.
Ahí no termina el asunto. Entre las casas, con hilos se cuelgan vajillas, telas bordadas, animales de papiroflexia y todo tipo de chucherías que la gente hace especialmente para la procesión. Por si fuera poco, en el jardín Ojo de Agua las familias jardineras hacen gala de sus dones arreglando todo el bosque con sus mejores trabajos ornamentales.
Es la fiesta de año nuevo en Santa Rosa Xochiac, el
único pueblo digno de hacerlo a la mexicana. Con sincretismo, con
religión, con muchas voces, con ingenio; con los mayordomos repartiendo
pan a los turistas, con un tianguis caótico que congestiona la
carretera; con escandalosa alegría en medio de un pueblo pobre y con un
friego de cohetes y música a todo volumen. Un primer día del año en un
sitio que desnuda por completo a ese México surreal.
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