“La leyenda negra de la arqueología mexicana"
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Pirámide del sol (Fotos: Mario Yaír T.S.)
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Lejos
del interés histórico, el hallazgo de Teotihuacán era un interés
político que se sumaría a las grandes fiestas del centenario. Por eso, a
petición de Justo Sierra, Leopoldo Batres fue nombrado Director de
Monumentos Arqueológicos con la misión de excavar Teotihuacán.
Sin
permiso alguno y con la única promesa de que el gobierno pagaría una
indemnización a los campesinos por las tierras excavadas, Batres llegó
en 1884. Cubierta de maleza, comenzaron los trabajos para retirar la
tierra de la recién bautizada “pirámide del sol”. Sin embargo la
plataforma en forma de U que fue hallada alrededor del sitio, complicaba
el trabajo. Por eso la dinamitó para abrir un pasillo que permitiera
sacar el escombro más rápido (el mismo pasillo que hoy usan los turistas
para llegar del Museo de Sitio a la Pirámide del Sol).
Todo
marchaba viento en popa hasta el 3 de octubre de 1886, cuando Batres
comía en el pueblito de Teotihuacán. De pronto un bullicio llegó a la
fondita donde estaba y su sorpresa sería que todos los trabajadores de
la excavación iban presos por una muchedumbre enardecida. No era para
menos; la prometida indemnización no había llegado y poco a poco la zona
arqueológica se extendía más y más.
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Según el rumor, este fue el basamento dinamitado
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Batres salió de la fonda y
un hombre se dispuso a apresarlo en nombre del pueblo. El corpulento
arqueólogo tomó su rifle, le dio un culatazo y lanzó un disparo al aire
lanzando insultos a la población. La multitud huyó despavorida, mientras
un encolerizado Batres desamarraba a sus peones.
Cuatro horas
después la población lazó su contrataque arrojando piedras a los
improvisados arqueólogos. Las mismas piedras de la excavación. Una de
esas “piedras históricas” le dislocó el hombro a Batres. Desde ese día,
nadie volvió a laborar en Teotihuacán sin un arma en la mano…
Batres
es la leyenda negra de la arqueología mexicana; todo por haber sido el
consentido del porfiriato. Por eso cuando estalló la revolución sus
trapos sucios salieron a la luz: el hotel privado que construyó detrás
de la pirámide, la fábrica de falsos vestigios que vendía a los
turistas, la dinamita con la que voló una plataforma. Incluso el cuarto
cuerpo de la pirámide que construyó en 1905 para “hacerla tan majestuosa
como las pirámides de Egipto”. Así es, el cuarto cuerpo de la famosa
pirámide patrimonio de la humanidad es una invención de Batres.
Pero
los mismos académicos que se dedicaron a echarle tierra desde que huyó a
España, nunca corrigieron nada. El cuarto cuerpo quedó permanente, el
boquete de la plataforma abierto, el hotel se convirtió en escuela y a
los campesinos les siguen debiendo desde hace 136 años una indemnización
que nunca llegó…
Pero de eso no se le puede hablar al turista, lo mejor es
apantallarlo con sacrificios humanos, sombras en los solsticios,
trocitos de cerámica y espectáculos de luces. Una conocida trampa
turística sobre una pirámide que jamás hubiera visto la luz sin un rifle
y un poco de corrupción.
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Espacio que, según el rumor, ocupó la fábrica de antigüedades y hotel de Batres
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