La virgen enconchada
“El relicario de la virgen de Guadalupe sobre concha nácar"
Un
misterio rodea esta curiosidad turística. La parroquia de San José en
Tlaxcala es promocionada en cualquier guía turística del estado por
albergar en un muro lateral un retablo barroco coronado por un retrato
de la virgen de Guadalupe. Su peculiaridad recae en que el retrato está
hecho con nácar, una famosa técnica virreinal conocida como enconchado.
Pero el enigma no resuelto es ¿por qué? La posible respuesta es el
siguiente rumor:
De entre las reliquias católicas de México, la más codiciada es la de la virgen de Guadalupe. Es insólito el templo que conserve un trozo del ayate de Juan Diego. El único probado se encuentra en Estados Unidos, pero Querétaro afirma tener otro. Un secreto a voces aseguraba que el templo de San José resguardaba un tercero con la misión de incitar el culto Guadalupano frente a la virgen de Ocotlán. Dos vírgenes tan similares en aparición y milagros que incluso ambas comparten el nombre de su vidente. Pero cada una aparecida a indígenas enemigos diferentes.
De entre las reliquias católicas de México, la más codiciada es la de la virgen de Guadalupe. Es insólito el templo que conserve un trozo del ayate de Juan Diego. El único probado se encuentra en Estados Unidos, pero Querétaro afirma tener otro. Un secreto a voces aseguraba que el templo de San José resguardaba un tercero con la misión de incitar el culto Guadalupano frente a la virgen de Ocotlán. Dos vírgenes tan similares en aparición y milagros que incluso ambas comparten el nombre de su vidente. Pero cada una aparecida a indígenas enemigos diferentes.
Para darle más peso a Guadalupe por encima del culto tlaxcalteca, la reliquia del ayate se exhibía en San José que entonces era la catedral del estado. Sin embargo el rumor afirma que por alguna razón u otra, los custodios descubrieron que la reliquia era falsa. Por eso el retablo dedicado al icono debía contener en el nicho relicario una imagen a la altura de la virgen. Así apareció la virgen enconchada; una pintura sobre concha nácar, cuyas únicas partes al óleo son las manos y cabeza de la virgen, con un marco de plata que le da realce a la pintura.
Acallada la confusión de la reliquia falsa con el nuevo retrato, la virgen enconchada se convirtió en un sitio turístico misterioso. Todas las guías hablan y señalan a la virgen pero nadie sabe decir ni el año en que se hizo ni al autor. Tan curiosa fue la aparición de cuadro que incluso hay quienes aseguran que la hizo el mismo Juan Correa (pues dejó algún enconchado en Tlaxcala), mientras que otras versiones apuntan que data de pleno siglo XX por el marco tan brusco.
Si hoy visita la ciudad de Tlaxcala, no olvide pasar a ver a la virgen enconchada. Al menos antes de conocer a la estrella del estado que la virgen enconchada no pudo vencer: la basílica de Nuestra Señora de Ocotlán.
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