La ilusión que mira al horizonte
“El origen de la mujer que aparece en la catedral de Durango"
- Ahí está ¿Ya la viste?
- No… ¿A dónde?
- ¡Ahí! En la segunda torre ¡La de atrás!
- El foco me deslumbra… no veo nada…
- Arribita del foco…
- ¡Ya la vi! ¡Si es cierto, ahí está!
La exclaustración llega a Durango y todos los conventos son cerrados por órdenes de la ley. Una de esas monjas era Beatriz que al salir del convento descubre a una madre fallecida y a un padre enfermo en su lecho de muerte. Sin nada más que penas, la vida de aquella joven monja trascurría entre la casa y la catedral, donde negada a quitarse el hábito rezaba fervientemente. Entonces llegó la intervención francesa.
La historia dice que uno de los soldados que entró a la ciudad junto con las tropas francesas de nombre Fernando, fue atacado por un joven celoso en uno de esos pleitos de barrio. Ante las puñaladas asestadas, Fernando pidió auxilio en la primer casa que vio en su camino; la casa de Beatriz. Obligada a abrirle por ser militar, Beatriz le dio refugio, curó sus heridas, y la luz de juventud de ambos hizo su respectivo efecto. Cayeron perdidamente enamorados.
- No… ¿A dónde?
- ¡Ahí! En la segunda torre ¡La de atrás!
- El foco me deslumbra… no veo nada…
- Arribita del foco…
- ¡Ya la vi! ¡Si es cierto, ahí está!
La exclaustración llega a Durango y todos los conventos son cerrados por órdenes de la ley. Una de esas monjas era Beatriz que al salir del convento descubre a una madre fallecida y a un padre enfermo en su lecho de muerte. Sin nada más que penas, la vida de aquella joven monja trascurría entre la casa y la catedral, donde negada a quitarse el hábito rezaba fervientemente. Entonces llegó la intervención francesa.
La historia dice que uno de los soldados que entró a la ciudad junto con las tropas francesas de nombre Fernando, fue atacado por un joven celoso en uno de esos pleitos de barrio. Ante las puñaladas asestadas, Fernando pidió auxilio en la primer casa que vio en su camino; la casa de Beatriz. Obligada a abrirle por ser militar, Beatriz le dio refugio, curó sus heridas, y la luz de juventud de ambos hizo su respectivo efecto. Cayeron perdidamente enamorados.
Pero fuera de la casa de
Beatriz la lucha sigue y Fernando debe combatir las tropas liberales
que se acercan al centro del país. Los enamorados se despiden en la
plaza principal donde la tropa marcha con destino incierto al horizonte.
Desde aquel día Beatriz esperó anhelante su regreso.
Oculta en las sombras de la catedral, diariamente sube la monja exclaustrada a la torre para tener una mayor vista del horizonte. No hay punto más alto en toda la ciudad. Pero la altura no quita lo inevitable. Después de meses de ocultar su embarazo y con la noticia de una probable pronta victoria de los liberales, sus esperanzas se derrumban. Fernando había muerto en batalla, pero ella nunca se enteró.
Oculta en las sombras de la catedral, diariamente sube la monja exclaustrada a la torre para tener una mayor vista del horizonte. No hay punto más alto en toda la ciudad. Pero la altura no quita lo inevitable. Después de meses de ocultar su embarazo y con la noticia de una probable pronta victoria de los liberales, sus esperanzas se derrumban. Fernando había muerto en batalla, pero ella nunca se enteró.
Aquella mañana cuando el
sacristán salió al atrio para dar la primera misa, halló el cuerpo
inerte de Beatriz que pereció tras aventarse desde aquella torre de más
de 30 metros. – Esa es la leyenda – dicen los ancianos de Durango. Unas
placas de bronce sobre el andador lateral marcan el punto exacto para
ver el suceso.
Es la monja de luna, porque antes de que la luz iluminara las noches de Durango, una extraña sombra alumbrada aparecía con la luz del astro en una de las torres de la catedral. Aun puede verse por las noches, ahora con ayuda de la luz artificial. Es un fantasma formado de rumores y una extraña ilusión óptica que narran un amor de fantasía. Es una monja que se asoma al horizonte en espera de su amor desde la torre más alta de la catedral.
Es la monja de luna, porque antes de que la luz iluminara las noches de Durango, una extraña sombra alumbrada aparecía con la luz del astro en una de las torres de la catedral. Aun puede verse por las noches, ahora con ayuda de la luz artificial. Es un fantasma formado de rumores y una extraña ilusión óptica que narran un amor de fantasía. Es una monja que se asoma al horizonte en espera de su amor desde la torre más alta de la catedral.
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