La caída de Palenque

 “Así ocurrían las guerras y las intrigas de la zona maya”
 
Murales de Bonampak (Fotos: Mario Yaír T.S.)
 
El año de 611 ocurrió el ataque. Los mayas vivían en reinos separados, invadidos por una sed de poder para asediar a los pueblos más débiles. Aquel que resultara vencedor, podía tomar a los vencidos como cautivos y hacerlos sirvientes, esclavos o cautivos para los sacrificios. Luego se dejaba el reino a su suerte o como pueblo tributario hasta realizar una nueva invasión. El reino del gran Kaan, el Divino señor de Kaan, tiene en la mira a Palenque, un sitio gobernado por el poderoso Ajen Yohl Mat.
 
Entre el 4 y el 7 de abril de 611 ocurrió el ataque. El divino señor Kaan avanzó rumbo a Palenque, cosa que Ajen esperaba tarde o temprano pues todos los reinos sabían la sed de poder que Kaan tenía y lo mucho que el gran imperio en decadencia de Teotihuacán lo apoyaba. Antes del ataque, Ajen informó que dividiría el poder del reino con su hermano Janaab’ quedando todos bajo sus órdenes. Janaab’ se despidió de su hermano y lo instó a huir con la familia real a lo profundo de la selva justo a tiempo antes de la llegada del ejercito de Kaan.
 
Estelas mayas

Entraron los guerreros en la ciudad con tal fuerza y demostración de poder que pasaron por su hacha a cuantos guerreros pudieron en ese momento. Reduciendo la ciudad a cenizas, Janaab’ y pocos guerreros hábiles que lo acompañaban lograron escapar pero Kaan ordenó buscarlo. La muerte del gobernante es clave para que no retornara a Palenque, para mantenerla como una ciudad débil y atacarla constantemente en busca de esclavos y cautivos. 
 
Kaan procedió con cautela; introdujo espías por todos reinos a buscar a los dos gobernantes para poner fin a sus vidas en cuanto aparecieran por la ciudad. Cuentan que el 6 de marzo de 612 hallaron escondido a Janaab’ en un poblado y le dieron muerte honrosa con las armas. Ajen Yohl Mat quien había retornado al reino devastado sería aparentemente envenenado el 8 de agosto poniendo fin a su vida. Kaan impuso a un gobernante a su medida en Palenque, Ik’ Muuy Muwaan; pero aun con los gobernantes muertos, guerreros, comerciantes y aristócratas del reino concebían a la descendencia de los hermanos como legítimos gobernantes de la ciudad.
 
El 26 de noviembre de 612 nació en los cuartos del palacio el hijo de Ik’ Muuy Muwaan quien sería heredero de la ciudad, pero lejos de ahí se mantenía oculta la familia de Janaab’. Eran Ix Sak K’uk y K’an Mo’Hix, quienes antes de la guerra habían dado a luz a un niño de quien todos decían que tenía linaje del gobernante.
 
Murales de Bonampak
 
La pareja desplazada pronto comenzó a incomodar a Muwaan, por eso tenían un plan urdido para recobrar el poder. Constantemente usaron la poca riqueza que les quedaba para buscar el apoyo de comerciantes que promovieran a su hijo de 11 años como gobernante de palenque. Al poco rato consiguieron el apoyo de sacerdotes y guerreros; mientras tanto a Kaan se le hablaba de las muchas virtudes del niño y que al ser tan pequeño, a diferencia de Muwaan, podría ser fácilmente manipulable.
 
El golpe de estado acabo con el gobierno de Muwaan en donde Kaan se mantuvo indiferente. Así los padres reales lograron en el año de 615 poner a su hijo de 12 años en el trono de Paleque. Calmadas las aguas de la guerra y de las intrigas en el imperio, la llegada del niño al trono reactivó la política del imperio, pronto volvió el comercio y el señorío se reconstituyó pese al sometimiento de Kaan. Creía que aquel niño podía ser manipulable pero desconocía que a su alrededor gobernaban consejeros, sacerdotes, nobles y sus propios padres quienes le decían que hacer y cómo hacerlo. 
 
Aquel niño aprendió bien pues conforme el tiempo pasaba y crecía entendió su entorno rápidamente y las formas de hacer guerra y política. K’inich Janahb’ Pakal accedió al poder a los 12 años de edad, pero el señorío que estaba por tomar lo supo manejar a su madurez de tal manera que pronto logró acabar con las invasiones, voltear las cartas del poder y hacer temer a los señores de Kaan. ¿Quién sospecharía de un niño? replicaba Muwaan en la decadencia ¿Quién imaginaria que esta criatura llegaría a ser el Gran Rey Pakal?
 
Tumba de Pakal

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