Único en su especie

 “¿Cuál es el animal de << la casa del que mató al animal >>?”
 
La casa del que mató al animal (Fotos: Mario Yaír T.S.)
 
Existe un inmueble en Puebla al que popularmente se le conoce con un curioso nombre: “la casa del que mató al animal”. De la casa original no quedan más que los ornamentos que formaron parte de las puertas de entrada; son piedras labradas en estilo plateresco pero representando grutescos, es decir, ~ escenas caprichosas en espesos follajes protagonizadas por sabandijas y otras alimañas ~ según la descripción de academia.
 
La leyenda dice que en tiempos virreinales un animal bajaba del volcán de La Malinche asolando a los poblanos. Era un ser tan agresivo que a cualquier encuentro con él, este simplemente atacaba. Ya las víctimas eran varias aunque habían sobrevivido pero en una ocasión si murió alguien, el hijo del afamado Don Pedro Carvajal. Fue tanta su indignación ante la inacción de la autoridad que ofreció la mano de su hija, conocida por sus bellas facciones, a cambio de aquel que le trajera muerta a la bestia. Sería un soldado quien acudió al llamado y por ello contrajo nupcias con la mujer. En su honor se colocaron los ornamentos platerescos frente a la fachada de la casa en que vivió.
 
De ahí en adelante las versiones varían. Una habla de que la pareja ya estaba enamorada pero separada por los celos de su padre. Otros dicen que la casa fue en realidad el obsequio. Hay quienes se aventuran a decir que el hijo salió como en el cuento de caperucita. Pero lo que absolutamente nadie atina a decir es ¿cuál era el animal? Estas son las teorías:
 
Plateresco grutesco
 
Las primeras versiones hablan de una criatura dragonesca, quizá algún cocodrilo o algún lagarto gigante raro para zona. Otros aseguran que se trató de una serpiente enorme y sigilosa. Quizá ligada a los mitos indígenas de Quetzalcóatl o de las mujeres culebra que vivían en los ríos en busca de hombres desprevenidos.

La versión más intrigante es la de cuitlamiztli una de las criaturas más misteriosas de México. Los españoles le llamaban la onza y para los mexicas era producto de la mezcla entre un lobo y un jaguar. Esto resultaba en una especie de puma gigante completamente agresivo. Una especie que ha escapado a la ciencia pero que las crónicas aseguran existió en la casa de fieras de Moctezuma, pues así lo describe Bernal Díaz del Castillo, y que también se le vio en otras latitudes pues el propio Colón narró un encuentro con él en Jamaica en 1503. 
 
Pero sin duda alguna la versión más aceptada dicen que era un coyote gigantesco o un lobo con uñas de águila y piel de tigre; una especie de hombre lobo como aquellos que se habían visto en la Europa medieval. Tanto en Europa como en la Nueva España se creía que los hombres lobo eran seres enfermos que entraban aullando a los cementerios por las noches y atacaban a las personas desprevenidas desgarrándolas con sus enormes fauces. Posteriormente se les llamaría lunáticos y para la época ilustrada en efecto se trataba de enfermos mentales agresivos, pero que no se convertían en ningún animal.
 
Lo cierto es que nadie ha sabido cuál es la verdadera identidad del animal que aquella tarde del siglo XVII un soldado salió a cazar a las faldas de la malinche y que atemorizaba a quienes vivían en las orillas de la ciudad. Quizá porque simplemente se trata de historia inventada por aquellos que al voltear a ver la fachada de aquella casona misteriosa se envolvía en la extraña escena de las piedras del lugar.
 
Grutesco poblano

Comentarios

Más vistos

Un encuentro con la fiera del Fru-Fru

Requiém para el Cine Ópera

El último momento

Un sueño en el olvido

Los motivos de Sor Filotea