La decendencia del cura

“De como aparecieron sospechosamente los muchos descendientes del cura Hidalgo”
 
Recámara del cura Hidalgo en Dolores (Fotos: Mario Yaír T.S.)

Una tarde del 4 de mayo de 1808, una mujer llamada María Manuela Herrera, llegó a la Santa Inquisición de Querétaro a denunciar un extraño trato que tuvo con el cura de la congregación de Dolores. Según el trato, ella le buscaría “mujeres para pecar, y él a ella le buscaría hombres para lo mismo”. Tres años después el cura fue apresado en Chihuahua pero no por la acusación de Manuela, sino por haber iniciado una tremenda revuelta en la parroquia de Dolores el 16 de septiembre de 1810.

El chisme histórico asegura que durante el tiempo en que Hidalgo estuvo en el pueblo de Dolores, conoció a doña Josefa Quintana Castañón; una mujer con quien supuestamente el cura tuvo una hija llamada María Micaela Mateana Dolores. Este rumor fue llevado a las letras en 1910 cuando la fiebre del centenario permitió la publicación del libro “Hidalgo íntimo” de José María de la Fuente. Un hombre que sin dar más prueba que las hablillas del pueblo, lo asumió como real. Desde entonces los descendientes de Micaela han recibido todo tipo de reconocimientos como los supuestos descendientes legítimos del cura.
 
Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores

La nueva fiebre del bicentenario, 100 años más tarde, orilló al cronista de Dolores, José García Juárez a buscar alguna prueba del hecho. El resultado fue un acta fechada el 25 de septiembre de 1807 donde María Micaela fue bautizada como “Hija legítima de padres no conocidos”. El descubrimiento permitió dar realce a la leyenda creando el mito de que esos supuestos padres desconocidos eran el cura Hidalgo y Josefa Castañón.

Sin más pruebas que reconocimientos, un acta bautismal misteriosa y una acusación inquisitorial, resulta curiosa la existencia de un sitio en Dolores conocido como el Museo Casa de los Descendientes de Hidalgo, donde se muestra con orgullo como el padre violó sus votos de castidad para sostener relaciones sexuales con una señorita. No solo eso sino que según los amantes del mito, Micaela era la segunda hija del padre, pues la primera habría sido María… o Josefa… o Vicenta. Porque como buen rumor, ni siquiera existe un acuerdo en el nombre de la primera.

Aún hay más. José María de la Fuente también aseguraba, con la mano en la cintura, que Hidalgo había tenido otro hijo con Manuela Ramos Pichardo, llamado Mariano Lino. Sin embargo los descendientes de Lino habían confeccionado todo un engaño alterando actas parroquiales entre 1823 y 1826. Hojas insertadas en libros de matrimonio, caligrafías diferentes a las originales y pies de página evidentemente posteriores, dieron cuenta del fraude. Y existen desde entonces multitud de nombres más que aseguran ser los únicos y originales hijos del padre de la patria. 
 
Supuesto árbol genealógico de Hidalgo

Lo único cierto es que estando Hidalgo preso en Chihuahua, se le buscaron todo tipo de asuntos para condenarlo ejemplarmente por dar inicio al fin del México virreinal. Uno de ellos fue la aparición de la denuncia inquisitorial de María Manuela. Un secretario fue a Dolores a preguntar a la indignada población sobre el asunto, pero no se halló absolutamente nada. Ni siquiera los realistas sabían de aquel asunto. Se le acusó de todo en la inquisición, menos de violar su voto de castidad.

En sus últimas horas, Hidalgo confesó los pecados cometidos a lo largo de su vida e incluso se arrepintió por iniciar aquel levantamiento en 1810; pero entre sus pecados jamás habló de haber tenido descendencia ilegítima (ni él, ni sus acusantes). De eso solo se formaron rumores. Rumores que curiosamente aparecieron luego de que en 1823 se estableciera una pensión vitalicia a los descendientes de los héroes de la patria… que curiosa coincidencia...

Reconocimiento en el Museo Descendientes de Hidalgo
 

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