Las paredes oyen

La historia del espionaje gubernamental en México"
 
Antiguo edificio de la DFS (Fotos: Mario Yaír T.S.)

PRIMER ACTO:
 
Al publicar el reglamento interino de la Secretaría de Gobernación, el 25 de agosto de 1938 Lázaro Cárdenas creó la Oficina de Información Política y Social. Eran 30 inspectores al servicio del presidente que debían saber manejar armas, todo tipo de medios de transporte y conocer a fondo la geografía nacional. Les dieron credenciales de periodistas o de la Cruz Roja para ocultar su identidad e iniciaron sus labores de inmediato. La misión: espiar a todos los contrincantes políticos de Cárdenas e informar sus movimientos.

No solo los empresarios petroleros estaban en la lista, sino la oposición radical de derecha al que Cárdenas espió al más puro estilo de la KGB. Muchos defenderán los motivos “socialistas” de Cárdenas al realizar las elecciones más sucias y sangrientas para evitar que Andrew Almazán llegara al poder, pero en su lugar inauguró la figura del tapado con el conservador pro capitalista Manuel Ávila Camacho. Así ametralló la democracia en pro del autoritarismo y cimentó las bases para controlar desde la presidencia, el más mínimo movimiento reaccionario del país. Puro orgullo cardenista...
 
 
Maletín polígrafo de la DFS
 
SEGUNDO ACTO:
 
El mundo está en guerra. Ante la inminente llegada de espías nazis y rusos por la cercanía con EUA, Ávila Camacho decreta que la vieja oficina cardenista tome el nombre del Departamento de Investigaciones Políticas y Sociales, al mando del Secretario de Gobernación, Miguel Alemán. La importancia del espionaje en México es de relevancia para la seguridad nacional, por eso aumentan sus agentes y sus actividades. Una de ellas; proteger a la amante de Miguel Alemán, Hilda Krüger. La espía nazi es la única alemana que sale ilesa de la persecución policial orquestada en México tras la presión norteamericana por el ataque a Pearl Harbour.

Al llegar a la presidencia en 1946, Miguel Alemán ordena la creación de un “FBI a huarache” para informar al presidente los movimientos reaccionarios. Se inaugura en las oficinas de presidencia del Palacio Nacional, la Dirección Federal de Seguridad. Sin cumplir ni un año de funcionamiento, el 4 de septiembre de 1947, un informe confidencial de la embajada norteamericana acusa al subdirector, el Mayor Manuel Mayoral García, de controlar el tráfico de mariguana en la ciudad. La DFS, entra en funciones.
 
Valores de los agentes de la DFS

TERCER ACTO:
 
6:30 de la tarde del 31 de mayo de 1984. El periodista Manuel Buendía es asesinado en la esquina de Hamburgo e Insurgentes. Con una efectividad jamás antes vista, el director de la DFS, José Antonio Zorrilla llega al sitio y ordena que todo en la oficina del periodista sea incautado para la investigación. Buendía había descubierto los vínculos del narco con los altos funcionarios entre ellos de Zorrilla. Misteriosamente la información desaparece.

Son los tiempos de la supuesta renovación moral de Miguel de la Madrid. El hombre que había prometido un cambio y cese a la corrupción. Por eso los señalamientos a Zorrilla como autor intelectual del asesinato terminan por dar fin al DFS el 21 de agosto de 1985. El terremoto provoca cientos de rumores sobre sus instalaciones en la Doctores al caer el inmueble. Para muchos, Zorrilla solo fue un chivo expiatorio ¿Renovación moral? ¿Dónde? Las mismas prácticas de tortura, espionaje, amenazas y vínculos cuestionables ahora ocurren en la Dirección de Investigación y Seguridad Nacional que De la Madrid había creado. La dependencia apenas dura 4 años. Los archivos van a parar al Archivo General de la Nación. NADIE los puede consultar.
 
Esquina de Hamburgo e Insurgentes (Antigua oficina de Manuel Buendía)

 
GRAN FINAL
 
Ante la inminente derrota del PRI, Sergio Aguayo Quezada recibe en el 2000 el permiso del CISEN para consultar los archivos. Al abrir la primera caja, la peor pesadilla de la justicia mexicana sale a la luz. Tres sexenios más tarde, una factura por una renta al gobierno de la ciudad deja al descubierto ante la PGJ un centro de espionaje clandestino con trabajadores de la propia procuraduría, disfrazado como laboratorio dental. Los diarios revelan que había sido creado desde el sexenio de Marcelo Ebrard como un “Centro de Control y Confianza” del DF. Aparecen micrófonos en la sede del PAN, cámaras en la oficina presidencial de Andrés Manuel, un sistema de espionaje digital por WhatsApp comprado desde el gobierno que realizó ataques a periodistas en 2019, conferencias de zoom con malwares durante la cuarentena... Las paredes oyen. La investigación sigue en curso…
 
Antigua Cárcel de Lecumberri hoy Archivo General de la Nación

Comentarios

Más vistos

Un encuentro con la fiera del Fru-Fru

Requiém para el Cine Ópera

El último momento

Un sueño en el olvido

Los motivos de Sor Filotea