Los rumores de la virgen
“¿La escultura de la Güera Rodríguez en el Templo de la Profesa?”
Al
entrar al templo de la Profesa, una escultura es motivo de habillas y
rumores de historiadores, cronistas, guías y uno que otro pícaro
eclesiástico. Es la Virgen de la Purísima que se encuentra en un altar al
lado derecho del templo y cuya cabeza fue tallada por el valenciano
Manuel Tolsá. Es casi seguro que usted también conozca la historia: La
virgen es la viva imagen de la mujer más bella y rebelde de toda la
Nueva España, la güera Rodríguez.
La vida de esa mujer que durante las fiestas del bicentenario fue nombrada como “feminista ninfómana y seductora”, es más leyenda que realidad. Fue justamente después de su muerte cuando las historias más insólitas comenzaron a correr alrededor de la aristócrata dama de sociedad María Ignacia Rodríguez. Los chismes de su belleza fascinante y sus aventuras sexuales en realidad tienen origen con su primer marido el capitán Villamil.
La vida de esa mujer que durante las fiestas del bicentenario fue nombrada como “feminista ninfómana y seductora”, es más leyenda que realidad. Fue justamente después de su muerte cuando las historias más insólitas comenzaron a correr alrededor de la aristócrata dama de sociedad María Ignacia Rodríguez. Los chismes de su belleza fascinante y sus aventuras sexuales en realidad tienen origen con su primer marido el capitán Villamil.
Un
proceso penal revela que Villamil intentó asesinarla con un disparo el 4
de julio de 1802. Las denuncias revelan que Villamil abusaba y la
golpeaba constantemente. Por eso cuando la güera lo demandó por intento
de asesinato, Villamil salió en menos de un mes con sed de venganza. Su
desquite fue acusarla de adulterio solicitando un divorcio eclesiástico.
Dicho divorcio nunca llegó y el proceso solo terminó con la muerte del
capitán en 1805.
Estos hechos propiciaron los rumores de que la aristócrata mujer sostenía relaciones sexuales con todo hombre que se le cruzara enfrente: El Barón de Humboldt, Simón Bolívar, Agustín de Iturbide o incluso Manuel Tolsá (al ser una aristócrata popular, todas las personalidades pasaron por su casa) y sumando además que era de una belleza incomparable. A su muerte el 1 de noviembre de 1850 los chismes solo se acrecentaron.
Entonces llegó el texto “Memorias” de Guillermo Prieto cuyo primer capítulo escribió en 1886 (36 años después de la muerte de la güera y 70 después de la de Tolsá). En el texto Prieto afirma que la hija de la güera, Paz, había sido tomada como modelo por Tolsá para realizar la escultura de la Virgen de Dolores. Sin embargo la versión popular apunta a la Purísima como objeto del rumor y otra versión afirma que no fue una escultura sino un retrato.
Estos hechos propiciaron los rumores de que la aristócrata mujer sostenía relaciones sexuales con todo hombre que se le cruzara enfrente: El Barón de Humboldt, Simón Bolívar, Agustín de Iturbide o incluso Manuel Tolsá (al ser una aristócrata popular, todas las personalidades pasaron por su casa) y sumando además que era de una belleza incomparable. A su muerte el 1 de noviembre de 1850 los chismes solo se acrecentaron.
Entonces llegó el texto “Memorias” de Guillermo Prieto cuyo primer capítulo escribió en 1886 (36 años después de la muerte de la güera y 70 después de la de Tolsá). En el texto Prieto afirma que la hija de la güera, Paz, había sido tomada como modelo por Tolsá para realizar la escultura de la Virgen de Dolores. Sin embargo la versión popular apunta a la Purísima como objeto del rumor y otra versión afirma que no fue una escultura sino un retrato.
Ente 1909 y 1921 fue Manuel Romero de Terreros quien no
solo repitió la versión de Prieto sino que aseguraba que al fallecer, la
güera había donado todas sus joyas a esa virgen y las custodian en el
templo. Falso, pues el testamento revela que las joyas ya las había
regalado en vida. Son justo estas pequeñas menciones las que originaron
la confusión que mantiene hoy en día una leyenda viva.
En algún punto hija, joyas y güera se fusionaron para dar origen a la historia que hoy todos cuentan: Tolsá estaba tan hechizado por la belleza de la mujer que decidió inmortalizar su rostro en una virgen. Para algunos en una escultura, para otros en un retrato y para muchos en su imaginación. Entre el mito y la realidad, lo cierto es que nunca sabremos como lucía la enigmática güera Rodríguez pues no existe pintura, retrato ni fotografía de ella en vida. Una dama cuya biografía se ha construido con rumores y fantasías de una sociedad cansada de la moral.
En algún punto hija, joyas y güera se fusionaron para dar origen a la historia que hoy todos cuentan: Tolsá estaba tan hechizado por la belleza de la mujer que decidió inmortalizar su rostro en una virgen. Para algunos en una escultura, para otros en un retrato y para muchos en su imaginación. Entre el mito y la realidad, lo cierto es que nunca sabremos como lucía la enigmática güera Rodríguez pues no existe pintura, retrato ni fotografía de ella en vida. Una dama cuya biografía se ha construido con rumores y fantasías de una sociedad cansada de la moral.
Virgen Purísima en La Profesa |
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